El evento se desarrolló en la Plaza Ciudad de Udine con entrada libre y gratuita, y ofreció espectáculos musicales, platos típicos y productos de la región de Cuyo.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue escenario de una verdadera fiesta cultural el pasado sábado 3 de mayo, cuando más de 10.000 personas se acercaron al barrio de Floresta para participar de una nueva edición de la Feria de las Regiones. El encuentro, que tuvo lugar en la Plaza Ciudad de Udine, convocó a familias, vecinos y turistas con una propuesta dedicada íntegramente a la cultura cuyana, poniendo en el centro de la escena a emprendedores, artistas y productores de Mendoza, San Juan y San Luis.
Organizada por la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano, a través de la Dirección General de Asuntos Federales y en articulación con la Dirección de Celebraciones y Eventos Centrales de la Subsecretaría de Festivales y Eventos, la jornada ofreció una variada programación pensada para todas las edades. La entrada fue libre y gratuita, lo que favoreció una masiva convocatoria y permitió que miles de personas accedieran a una experiencia sensorial completa: música en vivo, danzas tradicionales, sabores típicos y productos artesanales de la región cuyana.
En este sentido, los espectáculos artísticos fueron uno de los grandes atractivos de la feria. La jornada comenzó con presentaciones que rindieron homenaje a las danzas tradicionales de Cuyo, a cargo de Leila Gervasoni y Nicolás Centurión. A continuación, el público disfrutó de la actuación del dúo Idiai Mamile, que ofreció un repertorio con clásicos del folklore argentino y latinoamericano. También se presentaron Juanchy Osuna, reconocido por su estilo folklórico, y Juanjo Vargas, cantautor con fuerte arraigo en las tradiciones del país. Además, el Cuerpo de Danzas de Mis Pagos aportó color y movimiento con bailarines de distintos rincones de la Argentina, al igual que el Ballet Nahuen, que fusionó técnica y expresión artística de la danza folklórica. El cierre musical estuvo a cargo de la banda Cuyanias, que interpretó piezas emblemáticas del repertorio mendocino.
Asimismo, la feria ofreció una extensa variedad de productos regionales. Los asistentes pudieron recorrer stands con aceites de oliva, aceitunas, aceto balsámico, café tostado de origen local, mermeladas artesanales, sales saborizadas, alfajores, chocolates y vinos típicos como Malbec, Cabernet Franc y blends. De tal modo, los sabores y aromas característicos de Cuyo estuvieron presentes durante toda la jornada. También se destacaron los puestos con bijouterie artesanal, textiles, mates, accesorios, conservas, frutos secos y licores caseros como Narancello y Lemoncello, los cuales captaron la atención tanto de vecinos como de visitantes curiosos por conocer la producción local.
Por su parte, la presencia de artesanos y emprendedores cuyanos permitió poner en valor la identidad cultural de la región, al tiempo que ofreció una plataforma concreta para la promoción de sus productos y saberes. En tanto, la posibilidad de interactuar directamente con los productores fortaleció el vínculo entre la comunidad porteña y las expresiones culturales del interior del país.
En la misma línea, desde el Gobierno porteño destacaron la importancia de este tipo de iniciativas como puente entre distintas identidades del territorio nacional. En palabras de los organizadores, la Feria de las Regiones busca consolidarse como un espacio de encuentro que promueva el intercambio cultural y económico entre las provincias y la Ciudad.
Con una convocatoria que superó las expectativas, la Feria de las Regiones volvió a posicionarse como una propuesta atractiva y accesible para el público porteño. La celebración en Floresta dejó en claro que la cultura regional no solo despierta interés, sino que también genera comunidad y reconocimiento. La participación masiva y el clima festivo reafirmaron la vigencia de estos espacios como vehículos para fortalecer la identidad nacional desde el corazón mismo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.